¿Cómo empieza?
"Me senté en la taza del váter sin tapa que había al fondo de la celda para abrillantar los horrorosos zapatos abombados que les entregaban a los que iban a salir en libertad. En mi cabeza resonaba un canto pletórico: «Por la mañana seré libre». Pero salir de la cárcel después de ocho años no sólo me llenaba de alegría. Me había puesto a limpiar aquellos horribles zapatos no tanto para darles mejor aspecto, sino para aliviar la tensión que me dominaba. Estaba más nervioso en el momento de salir en libertad condicional que el día en que había entrado allí, mucho tiempo atrás. Me consolaba pensar que, aunque lo negasen, aquella era una aprensión común entre los presos, para quienes el mundo exterior se había vuelto más impreciso con el tiempo. Después de varios años entre rejas, cualquiera llegaba a estar tan mal preparado para la vida en libertad como un monje trapense arrojado a la vorágine de la ciudad de Nueva York. Al menos, el monje siempre podía sostenerse en su fe, en tanto que al ex recluso sólo le quedaba el recuerdo de su fracaso, su encarcelamiento, además de la viva conciencia de ser un «ex presidiario», un marginado en la sociedad."
Puedes leer el primer capítulo aquí.
¿Qué cuenta?
Tras pasar ocho años entre rejas, Max Dembo sale en libertad con la firme intención de rehabilitarse. Sin embargo, una vez fuera, vuelve a frecuentar los bajos fondos de la ciudad de Los Ángeles junto a sus antiguos compinches, lo que hará que sus inclinaciones criminales no tarden en aflorar. Obra maestra del género, "No hay bestia tan feroz" constituyó el debut literario de Edward Bunker.