Estas cajitas reciben el nombre de CAPTCHA, que es un acrónimo muy largo, y también un juego de palabras que podría traducirse como "Te pillé". Tienen el siguiente aspecto:
Los mecanismos de distorsión de los CAPTCHA son variopintos: se superponen elementos, se altera la realidad, se deforma el contenido... en definitiva: se juega a confundir al que tienes delante. Eso sí, son muy útiles para filtrar robots maliciosos, y también algún que otro humano con un umbral de paciencia por debajo de la media.
Aunque no entro dentro de este grupo (soy muy paciente, por lo general), conozco casos de gente que, después de diez, veinte o incluso más intentos, han saltado por la ventana del comedor.
Los mecanismos de distorsión de los CAPTCHA son variopintos: se superponen elementos, se altera la realidad, se deforma el contenido... en definitiva: se juega a confundir al que tienes delante. Eso sí, son muy útiles para filtrar robots maliciosos, y también algún que otro humano con un umbral de paciencia por debajo de la media.
Aunque no entro dentro de este grupo (soy muy paciente, por lo general), conozco casos de gente que, después de diez, veinte o incluso más intentos, han saltado por la ventana del comedor.
Yo mismo me encontraba al borde de las lágrimas hace unas semanas (necesitaba con urgencia acabar un trámite importantísimo), cuando hice un descubrimiento prodigioso. Algo que cambiaría mi vida para siempre: un botón que obligaba al sistema a mostrarme un nuevo código en la pantalla (un refresh, que dicen los técnicos). Alegría, jolgorio, zarandasca (que es una palabra que no existe, pero que a mí me gusta mucho).
Tardé bien poco en darme cuenta de mi error. Lejos de ser más legible, el nuevo código parecía aún más indescifrable. Volví a actualizar. Otra vez. Y otra. Y una más. Imposible: con cada nueva actualización, el código se volvía más enrevesado, más enigmático, incomprensible. Cuanto más me esforzaba, más frustrante me resultaba todo.
Y eso.
Ya está... más o menos... es todo lo que quería contaros... ah, espera: Jorge Luis Borges. Un autor excelente, un genio, un referencia de la cuentística hispanoamericana, mundial, una prosa inmaculada, un autor de culto. Solo que a mí, es empezar a leerlo, y ponérseme cara de robot malicioso.
Imagen 1: CAPTCHA / Imagen 2: graur razvan ionut / FreeDigitalPhotos.net
3 comentarios:
¡Felicidades por el blog! Me ha gustado volver a leerte. No has perdido ni un ápice de tu sentido del humor y veo que tu mordaz lengua sigue afilada. Un abrazo.
Cuanta razón tienes con los dichosos CAPTCHA , yo también he tendido algún desliz con ellos y parece ser que se están complicando y volviéndose algo quisquillosos. Como muestra este ejemplo pillado en Gaussianos (ver la imagen en el link)
http://farm8.staticflickr.com/7141/6795427845_85e97068be_o.jpg
Hola Josep:
Yo también me alegro de leerte. Gracias por las felicitaciones y por la aportación: recomiendo a todos pinchar en la imagen.
Un abrazo.
Vaya crack!
Un lector atento me informa de que Zarandasca sí existe, y que es, en realidad, la suma de Zarandaja (Cosa menuda, sin valor, o de importancia muy secundaria) y Charrasca (Pequeño instrumento musical de percusión, de forma cilíndrica, hecho de cobre, bronce o madera y provisto de ranuras que producen sonidos broncos al ser frotadas con una barrita metálica, un clavo).
O sea, que:
Zarandasca = Zarandaja + Charrasca
Un genio.
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