¿Cómo empieza?
"El Sueco... Durante los años de la guerra, cuando yo todavía iba a la escuela primaria, ése era un nombre mágico en nuestro vecindario de Newark, incluso para los adultos a los que sólo una generación separaba del viejo gueto de la calle Prince y que aún no estaban tan impecablemente americanizados como para quedarse como si les hubieran dado un balonazo en la cara ante la destreza de un atleta de escuela media Su nombre era tan mágico como su rostro anómalo. Entre los pocos alumnos judíos de tez blanca en nuestra escuela, donde preponderaban los judíos, ninguno poseía nada que se pareciera ni remotamente a la máscara vikinga inexpresiva y de mandíbula escarpada de aquel rubio con ojos azules nacido en nuestra tribu con el nombre de Seymour Irving Levov."
¿Qué cuenta?
Seymour Levov es el modelo a seguir por todos los muchachos judíos de New Jersey, es un gran atleta y mejor hijo, y es el sólido heredero de la fábrica de guantes que su padre levantó desde la nada. Seymour ha rebasado la mitad del siglo XX sin conflictos que puedan estropear la vida placentera que comparte con su mujer Dawn, ex Miss New Jersey, y con su hija Meredith. Sin embargo, precisamente ahora, todo lo que le rodea se derrumbará estrepitosamente.
El personaje
El Sueco, el absoluto protagonista de la novela. Un hombre en caída libre. Un padre de familia con convicciones, íntegro y trabajador que se vendrá abajo por el peso del pasado.
El fragmento
"Cuando le veíamos despertaban unos deseos judíos conflictivos que él apaciguaba al mismo tiempo; la contradicción de los judíos que quieren encajar y destacar, que insisten en que son diferentes y en que no lo son, se resolvía en el espectáculo triunfante de aquel Sueco que en realidad no era más que otro de los Seymours de nuestro barrio, cuyos antepasados habían sido Salomones y Saúles y que engendrarían Stephens que a su vez engendrarían Shawns. ¿Dónde estaba el judío en él? No podías localizarlo y, no obstante, sabías que estaba allí. ¿Dónde estaba la irracionalidad? ¿Dónde la tendencia a lloriquear? ¿Dónde las tentaciones descarriadas?" (pp 34-35)
Porque es una obra sencillamente imprescindible.
Porque descubres todos y cada uno de los matices de un personaje complejo como el Sueco, al tiempo que contemplas su desmoronamiento, el hundimiento de un mito.
Porque la ha escrito Philip Roth.
Porque cuando te la acabes podrás sonreír tranquilo: aún te quedarán otras dos obras para completar su Trilogía americana: "Me casé con un comunista" (1998) y "La mancha humana" (2000).
Alguna curiosidad para acabar
La novela ganó el Premio Pulitzer y la National Medal of Arts.
Título original: American Pastoral
Editorial: Random House Mondadori - DeBolsillo
Año: 1997
Páginas: 511
Traductor: Jordi Fibla
ISBN: 978-84-9793-610-1
1 comentarios:
Es uno de los mejores libros que he leído nunca. Gracias por la crítica.
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