Crítica de "El reparador", de Bernard Malamud



Novela del escritor estadounidense Bernard Malamud 
¿Cómo empieza?
"Desde la ventana enrejada de su habitación sobre la cuadra del ladrillar, Yakov Bok vio, aquella mañana, a muchas personas cubiertas con largos abrigos, que corrían, no sabía adónde, pero, todas en la misma dirección «Vey iz mir -pensó inquieto-. Algo ha ocurrido». Los rusos salían de las calles próximas al cementerio y se apresuraban, solos o en grupos, sobre la nieve primaveral, en dirección a las cuevas del barranco; algunos corrían por el centro de las fangosas calles empedradas. Yakov se apresuró a esconder el bote de hojalata en que guardaba sus rublos de plata y bajó precipitadamente al patio para enterarse de la causa de tanto alboroto. Preguntó a Proshko, el capataz, que merodeaba junto a los hornos de cocer ladrillos; pero Proshko escupió y no dijo nada. Fuera del patio, una campesina de rostro huesudo, vestida con mucha ropa y un chal negro, le dijo que habían encontrado, cerca de allí, el cadáver de un niño."

¿Qué cuenta?
La novela más aclamada de Bernard Malamud narra la vida de Yakov Bok, un hombre que, después de ser abandonado por su mujer, busca un futuro mejor en Kiev, lejos de la comunidad judía de la que nunca se ha sentido parte. Consigue trabajo tras salvarle la vida a un hombre, pero en una época en la que reina el antisemitismo, se ve obligado a ocultar su identidad judía. Sin embargo, tras el asesinato de un niño ruso, le señalan como autor del crimen. No faltarán testigos, pruebas y acusaciones en su contra.

El personaje
El reparador, Yakov Bok: el vivo retrato de la injusticia y la tragedia humanas. Una dolorosa alegoría del holocausto a través de los ojos del protagonista.

El fragmento
"¿Qué hace temblar a un hombre? 
Cuando volvieron a encerrarle en la celda, había tres colchones sucios de paja en el suelo. Uno era el suyo -¡qué desdicha que tuviera que considerarlo como suyo!-, y dos nuevos presos yacían sobre los otros. Uno de ellos era un hombre peludo y cubierto de harapos; el otro, un esqueleto viviente. Ambos apestaban a suciedad y pobreza. Aunque ninguno de los dos le prestó la menor atención -el primero de cara a la pared y el segundo siguió roncando-, el reparador se mantuvo en el rincón más apartado de la celda. Sentíase abandonados, como fuera del mundo.
«¿Qué va a ocurrirme ahora? -se preguntó-. Y, si todo terminal mal, ¿quién se enterará? Igual podría estar muerto». Recordó a su suegro y a su mujer, pero era inútil intentar conjurarlos. Sobre todo a su mujer. Después, pensó en sus padres, metidos en su hermosa tumba en plena juventud, aunque su triste sino no le sirvió de consuelo." (p 108)


¿Por qué tienes que leerlo?
Porque pocos personajes te acercarán tanto al sufrimiento y la impotencia como el Yakov Bok de "El reparador", y hay libros que hay que sufrir para poder disfrutarlos.
Porque luego te puedes ver la peli, El hombre de Kiev, que incluye un reparto de lujo con Alan Bates, Dirk Bogarde y un jovencísimo Ian Holm (el Bilbo Bolsom de "El señor de los anillos").
Porque Malamud es, además de un gran novelista, un magnífico escritor de relatos. Cuando te acabes la novela, puedes descubrir sus maravillosos "Cuentos reunidos".

Alguna curiosidad para acabar
La novela, basada en un caso real, le valió a Malamud el National Book Award en 1967 y el Pulitzer en 1968. Aunque Bernard Malamud sea un escritor tristemente desconocido para el gran público, ha tenido una influencia decisiva en autores de la talla de Philip Roth.

Título: El reparador
Título original: The Fixer
Editorial: Sexto Piso
Traductor: J. Ferrer Aleu
Año original: 1966
Páginas: 328
ISBN: 978-84-96867-11-6

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